14/7/15


Existen dos tipos de secuelas cinematográficas. Las que tienen algo nuevo que contar y las que se limitan a idear una vaga excusa argumental para darle a la gente más de lo mismo y que se puedan reencontrar con unos personajes que tienen tirón y a los que es de suponer que echan de menos (básicamente porque nadie en su sano juicio hace una secuela de una película que no haya sido un éxito)

"Magic Mike XXL" pertenece a esta segunda categoría.

Channing Tatum quizás no sea el mejor actor del mundo (aunque, a juzgar por lo visto en "Foxcatcher", tampoco es lo que se dice malo) pero nadie le puede negar que es un tipo listo que está sabiendo cómo sacarle partido a su carrera. Y en buena parte lo está haciendo vinculando su nombre a sagas con tirón comercial, como "Infiltrados en la universidad" (lo de "G.I Joe 2" de veras que sigo sin entenderlo. Sobre todo al tipo que dio luz verde a la premisa...y hasta aquí puedo leer, por si hay alguien que aún no la ha visto).

Por eso, recordando el éxito de su "Magic Mike" (113 millones sólo en Estados Unidos, para una película que costó 7), no es de extrañar que decidiera apostar por una secuela en la que seguir contando las aventuras de un stripper con cierto toque autobiográfico (no olvidemos que antes de ser actor, Tatum trabajaba quitándose la ropa por dinero)


El problema es que hay historias que no dan más de sí. Y sin ser una obra maestra. "Magic Mike", la original, sí que resultaba cuando menos interesante, narrándonos el viaje emocional de un stripper que decidía madurar y buscar algo más en la vida. Pues bien, la secuela nos cuenta como Mike, al que las cosas no le van demasiado bien en la vida, decide que la solución pasa por volver a hacer de stripper e irse de gira con sus antiguos colegas.

Dejando de lado el hecho de que la premisa argumental traiciona completamente el espíritu de su antecesora, la película arrastra varios (y serios) problemas. El primero, que no hay nada que contar. Decía Tatum que lo que le interesaba de esta segunda parte era profundizar más en los personajes y que no fueran tan planos. Pues bien, es cierto que los personajes hablan más, pero su profundidad sigue estando a la altura de la de Bob Esponja. Y que me perdone Bob Esponja, que es un personaje mucho mejor definido y con más matices.

Sin una auténtica historia, sin ni siquiera un verdadero clímax (el grupo se dirige a una convención de strippers...que no es una competición. Es decir, que no hay ganadores ni perdedores. Vamos, que básicamente da igual lo que hagan) "Magic Mike XXL" se convierte en una sucesión de escenas que oscilan entre lo interesante (la puesta en escena final) y la sensación de vergüenza ajena (Joe Manganiello haciendo un strip tease a una dependienta o todo lo que sucede en el local de Roma).


Los cracks de los "Honest trailers". al hablar de "Dando la nota" se preguntaban con sorna cuándo los campeonatos de canto a capella se habían hecho tan populares como para congregar a miles y miles de fanáticos desatados. Pues lo mismo se podría aplicar a las competiciones de strippers. Me cuesta mucho creer que existan eventos en los que infinidad de mujeres forradas chillen como histéricas y tiren billetes al por mayor al primer tipo que se quite la camisa (no hablamos de un par de dólares, sino de sacos de dinero, y a todo el mundo, en una escena tan delirantemente cutre que podría haber sido sacada de un sketch de "Muchachada Nui"). Y si estas cosas realmente pasan...vale, no quiero saberlo.

Pero la película se enfrenta a un segundo problema quizás todavía más grave, que es suplir la ausencia de algunos nombres vinculados a la cinta original. Que Alex Pettyfer no iba a volver era algo evidente, sobre todo porque Tatum lo odia (parece ser que el chaval se comportó como un auténtico gilipollas durante el rodaje de la primera parte). Y a Cody Horn tampoco se la echa demasiado en falta, la verdad.


No obstante hay dos nombres que resultan insustituibles. El primero es el de Matthew McConaughey, el alma de "Magic Mike", que después de ganar el Oscar juega ya en otra categoría superior como para repetir su excelente personaje de Dallas. La suya es una pérdida irreparable.

Los responsables de la secuela intentan subsanarlo añadiendo nombres y más nombres conocidos al reparto. Jada Pinkett Smith como sustituta de McConaughey (y las comparaciones son odiosas, así que seamos elegantes y no digamos nada más), Donald Glover (¿en serio dejaste "Community" para hacer cosas como ésta?), Elizabeth Banks (que empieza a repetir peligrosamente una y otra vez el mismo papel en todas sus películas), Andie McDowell (merecías una carrera mejor) y Amber Heard haciendo de la chica de la película. Que ahí salimos ganando (tampoco tanto, que guapa es, pero no es que haga gala de una personalidad magnética y arrolladora), pero fue verla y no poder dejar de fantasear con la idea de que en cualquier momento apareciera en pantalla su marido, Johnny Deep, haciendo de drag queen, stripper viejuno o cualquier papel raro de esos que tanto le gustan.


Les hablaba de dos nombres. El segundo es el del director Steven Sodenbergh, que se negó en rotundo a retomar su labor detrás de las cámaras (por si no lo saben, ha decidido dejar de dirigir cine forever and ever...o hasta que se aburra y decida volver).

Es curioso, Sodenbergh no dirige aunque sí se ocupa de la fotografía. El nuevo director, Gregory Jacobs, es su mano derecha. E incluso el guionista es el mismo que el de la primera película. Y aún así, "Magic Mike" y "Magic Mike XXL" son como la noche y el día. Posiblemente porque, a pesar de todos sus fallos, Sodenbergh es un tipo que siempre sabe cómo contar historias. Jacobs, por lo visto hasta el momento, no, Así de simple.

La película lleva recaudados más de 40 millones de dólares en sus dos primeras semanas de exhibición. Señal de que, a pesar de todas sus carencias como producto, Tatum tenía razón y el público sigue encariñado de los personajes. Lo suficiente como para que, dentro de unos pocos años, posiblemente tengamos tercera parte de la saga.