30/7/15


¿Corto o largo? Pongamos que hablo de café. ¡Oh! El café... Cuántas sensaciones es capaz de evocar una sola palabra: qué bien sienta una buena relaxing cup of café con leche (...) con un croissant en el desayuno, cual Audrey Hepburn frente al escaparate de cierta joyería... Y cómo sabe un café cortito, negro, intenso, cuando ese sorbo furtivo se convierte en el más cómplice de tus amigos en medio de la rutina diaria, y probablemente en lo más cerca que estarás de sentirte como George Clooney por unos minutos... Corto o largo. ¿Sería peor una opción que otra? No, tan sólo distinta; la única diferencia estribaría en la cantidad, no en la calidad...



Pongamos ahora que hablo de cine: ¿corto o largo? Ah... Aquí la percepción cambia, y es que el corto no logra quitarse de encima la etiqueta de semilla, de hermana pequeña, de tarjeta de presentación o pasaporte hacia el largo... De lo que sea, salvo de algo grande por sí mismo. Pero, ¿por qué?

En la última edición de los premios Goya, el ganador al Mejor Cortometraje de Animación, Giovanni Maccelli, pronunció uno de los discursos más aplaudidos:
[...] "No estoy de acuerdo en que seamos el futuro del cine español. Somos el presente. Somos el presente, sólo que un presente desconocido. [...] Si estamos todos aquí es porque en algún momento nos hemos quedado fascinados por una película. Tenemos que seguir educando a los niños. Y eso se consigue con buenas películas y con educación".
"Buenas películas"... ¿Y quién ha dicho que una buena película tenga que durar más de 30 minutos? O de 60. O de 90... O de 578, si te llamas James Cameron o Peter Jackson. La realidad es que el corto sigue siendo considerado como una fase, un campo de entrenamiento para futuros cineastas con aspiraciones comerciales... Pero no siempre es así. Sobre todo, desde que la revolución digital democratizara el cine, un fenómeno cuyo mejor ejemplo es, para este que escribe, el Festivalito de La Palma (pueden pulsar aquí para visitar su página de Facebook).


En la isla de La Palma (para los desubicados: Islas Canarias... Océano Atlántico, abajo a la izquierda), con el nuevo milenio nació un festival de cine centrado en el mundo del corto, que además contaba con una de las secciones más populares que uno puede recordar en este tipo de certámenes: "La Palma Rueda", una sección competitiva que invita a cineastas a crear desde cero un cortometraje en tan sólo un par de días, unas horas... Una sección que, a lo largo de su historia, no sólo propició el nacimiento de toda una generación de profesionales del cine (delante y detrás de la cámara) que, en conjunto, conforman un potencial humano capaz de sostener una industria cinematográfica en las islas (si el contexto y las autoridades in-competentes lo hicieran posible...), sino que además ha dado a luz a un buen par de auténticas joyas, con estilos, pretensiones y suertes muy distintas...

Durante estos días, se celebra la esperadérrima décima edición, tras cinco años de ausencia forzada debido a la falta de presupuesto y apoyos institucionales... Y la respuesta ha sido masiva: más de 250 participantes inscritos entre directores, actores y técnicos... Y mucho cine: talleres, charlas, proyecciones al aire libre, secciones informativas, competitivas y, por supuesto... "La Palma Rueda", una nueva oportunidad para, sin duda, disfrutar del nacimiento de más una joya, y del mero viaje que supone crear una película... Corta o larga.


Por motivos diversos, este que escribe se ha tenido que perder dicha edición después de tan larga espera... ¡Y con el agravante de saber muy bien lo que se está perdiendo! La anterior edición, en el verano de 2010, fue para mí la primera y, sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida... Así que a todos los afortunados compañeros que se encuentran en esa isla mágica en estos momentos, viviendo otras vidas entre gritos de "¡acción!" y "¡corten!", compartiendo anécdotas imposibles de explicar, gozando de esa apasionada orgía de creación cinematográfica... Sólo puedo desearles la mayor de las felicidades. A pesar de que la envidia supina que me corroe las venas estos días no deja de romper cosas entre gritos de histeria...

Tendré que prohibirle tomar café estos días. O sugerirle que se pase a la relaxing cup of... Ya saben.

Por cierto, tanto hablar de café me acaba de recordar a Lauren Bacall... Cómo extraño esa voz y esa mirada... ¿Eh? ¿Que por qué me ha recordado a ella? Ay, juventud perdida: Clooney no fue el primero...